El trono de la coronación y los diamantes malditos
La ceremonia se lleva a cabo en la abadía de Westminster, donde se encuentra el trono de la coronación, un asiento de madera que data del siglo XI. La corona imperial del Estado, adornada con el rubí del príncipe negro y otras piedras preciosas, será colocada sobre la cabeza de Carlos III.
La joya de la corona y la controversia en torno al diamante Koh-i-Noor
La joya de la corona también incluye el famoso diamante Koh-i-Noor, que se ha reservado en homenaje a la India, que lo considera un símbolo de conquista y ha estado solicitando su devolución durante años. La reina consorte Camilla llevará otra corona para la ocasión.
La operación Orb de oro y el ritual de la coronación
La coronación sigue un ritual medieval, con la unción del rey y la reina consorte ante el arzobispo de Canterbury, y el uso de objetos preciosos que simbolizan el poder secular. Entre estos objetos se encuentran el cetro de San Eduardo, el orbe de oro y el anillo del rey.
La procesión y la Diamond Jubilee State Coach
El príncipe Carlos llegará a la abadía de Westminster a bordo de la Diamond Jubilee State Coach, un carruaje dorado suntuoso creado para el jubileo de diamante de Isabel II. Esta entrada marcará el comienzo de la ceremonia y la transformación de Carlos en soberano del segundo milenio.
Un rey preocupado por el medio ambiente y la inclusión
Carlos III será un rey atento al medio ambiente, la sostenibilidad y la economía circular. Utilizará un trono reciclado durante la ceremonia y se comprometerá a ayudar a los más necesitados a través de su fundación Prince’s Trust. También será un monarca sensible a la inclusión, con representantes del Commonwealth desempeñando un papel clave en la entrega de objetos preciosos durante la ceremonia.
La presencia de Harry y la ausencia de Meghan
A pesar de las controversias y las acusaciones de racismo hechas por Meghan Markle, el príncipe Harry ha sido invitado a la ceremonia, aunque estará relegado al tercer rango. Esta presencia demuestra que Carlos III ha aprendido de su madre a nunca quejarse y a no dar demasiadas explicaciones.
«Nunca quejarse, nunca explicar», una lección que Carlos III aprendió de su madre, la reina Isabel II.
Este artículo se ha redactado a partir de la información facilitada por el sitio web de la revista Focus aquí.