El país nunca ha enfrentado un desafío de esta magnitud hacia su ejército, que ha gobernado el país desde su independencia en 1947. Naeem Khalid Lodhi, un general que ha ocupado importantes cargos en el ejército y el gobierno, afirma: «He presenciado la caída de Dhaka y, por supuesto, hubo mucha oposición después, pero nunca de esta magnitud».
Un pulso peligroso
Pakistán también enfrenta una devastadora crisis económica, y el enfrentamiento entre el ejército y su líder político más prominente podría sumir a la nación de 220 millones de habitantes en el caos. Shuja Nawaz, investigador principal en el South Asia Center del Atlantic Council y autor de «The Battle for Pakistan», afirma: «(El ejército) está tratando de imponer su fuerza bruta utilizando la draconiana ley del Ejército contra la sociedad civil y, por lo tanto, corre el riesgo de desmantelar el frágil sistema constitucional de Pakistán».
Imran Khan, de 70 años, es un personaje carismático y un exjugador de críquet que llevó a Pakistán a la victoria en la Copa del Mundo de 1992. También estudió en Oxford y frecuentó la alta sociedad londinense en la década de 1970. A pesar de las numerosas acusaciones en su contra, que van desde la corrupción hasta la incitación al terrorismo, su popularidad sigue siendo alta, muy por encima de la de sus adversarios, según las encuestas locales.
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Conversaciones indispensables
Los analistas consideran necesario entablar conversaciones entre Khan, el ejército y el gobierno civil del primer ministro Shehbaz Sharif para desactivar la situación, pero no ha habido indicios de un acuerdo negociado. Khan ha desestimado al gobierno de Sharif como insignificante.
Zulfiqar Bukhari, uno de los pocos asesores cercanos a Khan que no ha sido detenido, afirma que el PTI ha intentado iniciar conversaciones con el ejército, pero no ha recibido respuesta. «Lamentablemente, nadie quiere escuchar», dijo.
Algunos analistas creen que Khan tendrá que apaciguar a los generales de alguna manera para sobrevivir. Otros piensan que el ejército no cederá. «El poder supremo en Pakistán pasa por el cañón», afirma Aqil Shah, académico y autor del libro «The Army and Democracy in Pakistan». «El ejército no está dispuesto a ofrecer a Khan una salida próximamente».
Este artículo se ha redactado a partir de la información facilitada por la agencia de noticias Reuters aquí.